Se ha determinado que lograr crecimiento económico no basta para enfrentar la desigualdad social. Al respecto el secretario general de la OEA José Miguel Insulza indicó: “Hoy el continente ha cambiado mucho “para bien “en los últimos años, en términos de avance de la democracia y crecimiento económico, pero ese progreso no ha sido completo. No ha convertido a nuestros países en sociedades más igualitarias. Por el contrario, aún prevalece un alto grado de injusticia en la distribución de la riqueza y el acceso a los bienes sociales”. Estas reflexiones del secretario general de la OEA, nos determinan que Latinoamérica no ha seguido el camino correcto.
En caso de Costa Rica se presenta una situación similar, y en los últimos 20 años no ha podido disminuir la pobreza y la desigualdad, a pesar de que en muchos de esos años se ha tenido un crecimiento del PIB superior al 5 %. Se han aplicado modelos que dan énfasis aspectos macroeconómicos como la inflación, déficit fiscal, devaluación y nivel de crecimiento del PIB, pero dejando muy de lado a las personas. Nos debe llamar la atención la situación que se presenta en nuestro país con el desempleo, la pobreza y la desigualdad. Actualmente Costa Rica presenta una de las desigualdades más alta de América Latina.
De acuerdo con el XIX Informe del estado de la Nación, en los últimos 20 años la desigualdad se disparo y hoy el ingreso del quintil más rico de la población es 24,8 veces mayor que el ingreso del quintil más pobre. Por lo que se ha vuelto uno de los países más desiguales de Latinoamérica, con mayores niveles de desigualdad de países como Venezuela, Argentina y Méjico, que ya es mucho decir.
De acuerdo con el citado informe del estado de la Nación, el coeficiente de GINI, indica que Costa rica entró a una etapa de elevada desigualdad. No se ha logrado que las políticas sociales tengan efecto sobre la pobreza, la distribución del ingreso y mejores oportunidades para los pobres, debido en parte a exceso de burocracia y los costos que ello conlleva, aunado a existen más de 20 entidades que ejecutan programas para combatir la pobreza, y sus resultados son muy deficientes.
Aunado al creciente déficit fiscal que es de un 5 % del PIB. Es fundamental que a los pobres o las personas que se encuentran marginadas de los resultados del crecimiento económico, se las permita mejorar sus condiciones y que apliquen programas integrales para disminuir la pobreza que considere valores, cultura, empleo, vivienda, salud y especialmente educación que es motor fundamental para salir de la pobreza y disminuir la desigualdad social. Se debe reestructurar el sector social, para que de un mejor y eficaz uso de los recursos públicos y programas que realmente y sostenidamente disminuyan la desigualdad y la pobreza.
Autor: Lic Bernal Monge Pacheco- Consultor