Levantarse todos los días a las 5:30 a.m. a una carrera 3 millas y antes de las 8 de la mañana ya estar prospectando clientes pueden ser conductas que realmente estén asociadas. Es decir, un líder que mantiene una vida disciplinada a nivel personal es percibido como un líder fuerte y eficiente, según nos revela un estudio realizado por “Center forCreativeLeadership” y en el cual el gerente que no era disciplinado física y nutricialmente era percibido como una persona débil. En dicho estudio se correlaciona la capacidad de manejar las situaciones de presión que presenta el trabajo diario con la disciplina personal del líder.

Empresarios que están largas horas en sus trabajos desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche muchas veces confunden su obsesión por el trabajo con la disciplina personal. La realidad es que no es posible mantener un hogar saludable sin dedicarle tiempo, tampoco una energía física sin sacar tiempo para ejercitarse, relajarse y consentirse. No existe coherencia en ese patrón de vida por lo que el liderazgo empresarial también se verá afectado y es que ambos, empresarial y personal, inevitablemente están ligados.

No se trata de tener cuerpos esculpidos o de revistas, sino de mantener un balance de vida en el cual todas las facetas estén cubiertas sin descuidar ninguna. Esto es una función ejecutiva del cerebro que está relacionada con el control inhibitorio, habilidad que ayuda a modular las emociones y los pensamientos. En varios estudios realizados por muchos años y replicados en sinnúmero de ocasiones, se correlaciona la capacidad de “DelayGratification” (de atrasar el placer) con el éxito personal, e incluso el éxito económico. La toma de decisiones es más certera y efectiva en comparación con las personas que son débiles ante el placer.

Los estudios neuro científicos han revelado que nuestro cerebro ejecuta incorrectamente si le enviamos la señal equivocada. Esa manifestación se le llama “error” y es ejecutada en la corteza orbitofrontal del cerebro, región encargada de modular y supervisar nuestro centro de placer cerebral. Cuando nos obsesionamos por el trabajo y lo confundimos con disciplina, el cerebro envía una señal incorrecta al centro de placer (NucleusAccumbens) y este último, que tiene encargado el anticipar los eventos placenteros, comienza a  manifestarse erróneamente y fortalece la conducta equivocada por lo que caemos en patrones de los cuales se nos dificulta salir. Lo mismo sucede cuando un líder tiene una percepción errónea de sus compañeros de trabajo y opta por ser antisocial. No es existe congruencia al ser líder y tener pobres destrezas sociales, no respetar el tiempo de los demás y no establecer relaciones duraderas. Evidentemente un “error” ha sido ejecutado y percibido como beneficioso por el “NA” lo cual perpetúa la conducta.

Como los ejemplos planteados y otros, se nos pierde la congruencia y coherencia entre el liderazgo personal y empresarial y asimismo la eficacia.Al final del camino, de lo que trata es de ser más eficientes a la hora de la ejecución empresarial, es de lograr que menos horas de trabajo sean más efectivas y  el tiempo personal sea de revitalización. A final de cuentas, somos seres holísticos que necesitamos autorregularnos constantemente.

Autor:

Dr. Joel Acevedo Nieto

Consultor en neurociencias y liderazgo

Presidente de i.Q. NeuroscienceSolutions