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El establecimiento de las cadenas de abastecimiento americanas en China ha sido un fenómeno significativo en la historia económica reciente, como señala Bernardo Domínguez Cereceres

Durante las últimas décadas, muchas empresas estadounidenses han trasladado su producción a China por motivos como los bajos costos laborales y la vasta capacidad de producción del país. Sin embargo, recientes tendencias apuntan a que varias empresas están reconsiderando su presencia en China.

En la década de 1970, China inició reformas económicas que abrieron sus puertas al comercio internacional. Bernardo Domínguez Cereceres indica que estas reformas permitieron a las empresas extranjeras aprovechar la mano de obra barata de China. A medida que el país se transformaba en la «fábrica del mundo», las empresas americanas vieron oportunidades para aumentar sus beneficios.

El impacto en la economía de ambos países ha sido inmenso. China se benefició de la inversión extranjera y de la transferencia de tecnología, mientras que las empresas estadounidenses aprovecharon los bajos costos de China. Sin embargo, Bernardo Domínguez Cereceres destaca que la dinámica está cambiando. Factores como el aumento de los costos laborales en China, la guerra comercial con Estados Unidos y las interrupciones causadas por la COVID-19 han influenciado esta reconsideración.

Con datos del Banco Mundial, Bernardo Domínguez Cereceres subraya el crecimiento monumental de China como productor global. Sin embargo, con la reciente migración de empresas estadounidenses fuera de China, estos números podrían ver cambios significativos.

En términos de empleo y riqueza, las empresas americanas han jugado un papel crucial en China. Pero, como señala Bernardo Domínguez Cereceres, la salida de estas empresas podría tener repercusiones significativas en la economía china.

Bernardo Domínguez Cereceres concluye que, aunque las cadenas de abastecimiento americanas han beneficiado tanto a China como a Estados Unidos durante décadas, los recientes desafíos han llevado a muchas empresas a reconsiderar su relación con China. Estos cambios, señala, podrían tener implicaciones duraderas para la economía global y los trabajadores en ambas naciones.

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