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La inteligencia artificial es un avance que las empresas deben utilizar de forma responsable, según Johana Rojas, directora de cliente de Hubspot para Latinoamérica
En el mundo tecnológico hay avances que ponen a las empresas en el centro de atención; por ejemplo, Google con su buscador, Facebook con su capacidad de conectar, o Apple con su innovación en teléfonos inteligentes. Durante 2023, una de las empresas más sonadas, sin duda alguna, fue OpenAI, creadora de ChatGPT, la herramienta de IA generativa que cambió la forma en la que las personas conciben el conocimiento y que ha recibido financiamiento de gigantes como Microsoft.
En HubSpot entienden que la ética, la tecnología y la Inteligencia Artificial son tres conceptos que deben ir de la mano, razón por la que construyen un código de ética para el uso de la IA con seis principios fundamentales:
Lo primero que se debe tener en cuenta es la seguridad a la hora de hacer uso de la IA, garantizando la capacidad de salvaguardar la información de clientes, empleados, prospectos, empresas y extraños, asegurándonos que el mayor beneficiario sea la humanidad misma. En consecuencia, la privacidad es otro de los principios, en la medida que los usuarios deben estar protegidos de cualquier filtración, y más teniendo en cuenta la existencia de leyes a nivel global referidas a la protección de datos personales.
Igualmente, y atada la responsabilidad que genera la utilización y creación de herramientas de IA, se reconoce que debe existir un accountability o rendición de cuentas permanente, en la que, mediante la creación de normas, códigos y leyes, las personas detrás del cerebro digital tengan ante quien responder por su actuar, especialmente en los casos en los que se identifique un riesgo latente para la sociedad humana tal como se conoce.
Otro de los elementos principales para la utilización ética de la Inteligencia Artificial es la eliminación de sesgos, enfocada en facilitar un acceso equitativo a las ventajas que ofrecen estas herramientas, sin importar las barreras impuestas por raza, género, identidad sexual o etnia.
Asimismo, el uso correcto de la IA precisa de la capacidad de explicar y hacerle entender al usuario sobre lo que está detrás, fortaleciendo así la confianza que pueda tenerse en este tipo de herramientas, sacándole de un computador y dándoles un rostro más humano y cercano; todo esto, enmarcado en la transparencia de doble vía existente entre cliente y vendedor, o entre sistema y usuario.
En último lugar, se reconoce la importancia que tiene el crecimiento tanto para usuarios, como para creadores y empresas de IA, así como a las empresas que la utilizan, por eso, se identifica que una de las mejores maneras de crecer es unidos; por esto, se propende por crear un ecosistema en el que los usuarios, expertos, y la comunidad en general puedan aportar desde su retroalimentación a la tecnología, haciendo productos mejores para todos.
Finalmente, la última responsabilidad recae en los Estados y demás entidades públicas, quienes deben ser fieles a su responsabilidad de proteger y garantizar la seguridad, en este ámbito, desde lo digital, garantizando una rendición de cuentas constante por parte de usuarios y creadores de IA.
Fuente Comunicae
Source: Comunicae